jueves, 4 de julio de 2019


Los beneficios del ayuno son realmente terapéuticos

Tras practicar un ayuno, aún de solamente un día tomando agua, los beneficios son tangibles. Claramente un ayuno de un solo día puede proporcionar mejoras limitadas a lo que cada organismo sea capaz y pueda ejecutar, eso depende del estado de salud de la persona, que a su vez puede depender de muchos factores…, pero principalmente de la acumulación de toxinas que el organismo tiene almacenadas; por lo tanto cuanto antes una persona emprenda, familiarice y se acostumbre a practicar “descansos digestivos”, favorecerá la eliminación de toxinas por parte de su organismo, pues gozará de más vitalidad, energía, longevidad y salud.

Ahora bien, una cosa tengo que dejar claro: si una persona toma medicamentos alopáticos para tratar cualquier tipo de patología, yo no lo recomiendo, ni lo sugiero…. Ya que de ser así, en todo caso tendría que suspender el tratamiento durante el ayuno, y esto podría suponer hasta graves consecuencias, dependiendo de la patología.

En caso de tomar medicamentos, tanto alopáticos como naturales, u homeopáticos, es en todo caso imprescindible que la persona consulte el médico con quien está en tratamiento, “antes” de emprender cualquier ayuno.

En caso de tomar medicamentos alopáticos el ayuno no es aconsejable por varias razones, entre ellas y sobre todo porque ayunar significa entregarse al poder sanador del “organismo”, en cuanto a “sistema biológico autónomo” capaz de auto regenerarse, de auto sanar por sí sólo… Si una persona padece de una enfermedad y está con un tratamiento, quiere decir que su sistema inmunitario no ha podido hacer frente al problema por sí solo. Esto es algo que puede pasar a toda persona, incluso a personas que normalmente cuidan de su alimentación.

Desde la mira de la Naturopatía, por lo general, tratamos de ayudar al organismo con remedios naturales que ayuden el sistema inmunitario a reaccionar, a superar el problema.

La acumulación de toxinas en el organismo es una causa primaria del deterioro de su estado de “salud”, porque este factor influye también en el sistema inmunitario, debilitándole. Por esta razón quiero destacar que el ayuno es algo que todos tendríamos que practicar periódicamente, aprovechar para descansar, preservar nuestra propia salud fortaleciendo el sistema inmunitario, y por tanto como medida preventiva hacia cualquier malestar o enfermedad.

Cuando una persona deposita toda su confianza en un remedio externo, del cual va a depender su eventual sanación, lo ideal sería que supiera la diferencia entre un tratamiento natural, enfocado a que su sistema inmunitario reaccione para que su organismo supere el problema, y un tratamiento alopático que actúa en contra del síntoma, pero sin resolver la causa del problema; es un tema que hay que meditar en profundidad, o sea reflexionar sobre ello poco a poco, para entenderlo de verdad.

Es normal y pertinente que cuando aparecen síntomas anormales, dolencias, trastornos, malestar etc., nos dirijamos a nuestro medico para saber qué nos está pasando. Pero hay que diferenciar entre tomar consciencia del propio estado de salud implicándose con uno mismo, y el delegar la propia responsabilidad a otros (en este caso el Médico) sin hacerse cargo del propio problema. El meollo de la cuestión es que si una persona padece de algo, no puede pensar que alguien tenga que arreglárselo, porque el problema es suyo, se ha originado por alguna razón de la que únicamente ella es realmente la responsable.

Ahora bien, la “medicina tradicional occidental moderna”, en lugar de ocuparse de ir a las raíces, o sea de identificar las causas reales de los problemas de salud, trata directamente el síntoma con medicinas que tienen siempre alguna contra-indicación, ya que están fabricadas para eso, no son tratamientos que resuelven los problemas saneándolos, sino aliviando o suprimiendo el síntoma. De no ser así, la sanidad pública tendría que desarrollar infraestructuras enormes y, tal como está el estado de salud general de la humanidad hoy día, necesitaría ejércitos de médicos y personal sanitario. La responsabilidad de cuidar de la salud propia, en definitiva, es algo que le corresponde a cada individuo.

Así como está estructurada nuestra sociedad, en la que impera la economía, nadie tiene tiempo, y por lo tanto ni puede cuidarse. Desde el sistema educativo de nuestras escuelas tampoco se prioriza la enseñanza del cuidado personal a través de una cultura higienista, de una alimentación saludable, de cómo cultivar valores elevados y altruistas en uno mismo, valores espirituales universales en lugar que religiosos. Todas las causas de nuestras enfermedades y problemas son el resultado de un sistema global muy mediocre donde imperan los intereses, donde no hay verdadero amor.

La Sanidad pública no podría ser distinta de lo que es actualmente mientras no cambie dicho sistema que lo engloba absolutamente todo, porque la mayoría de las personas enferman por la su propio estilo de vida antinatural, insostenible, y por lo menos a través de diagnósticos, tratamientos alopáticos y cirugía, consigue mantener vivas a muchísimas personas que normalmente fallecerían, o que en todo caso sufrirían muchísimo antes de... 

Pero este no es el camino para sanar de verdad. La homeopatía, por ejemplo, sí está concebida para resolver la patología desde su origen, o sea tratando la raíz, la causa del problema. El objetivo es sanar, extirpar el problema; si tengo una infección dental por ejemplo, es porque tengo algún diente con caries o roto que se ha infectado, y por esto necesito tomar antibióticos. Si hubiera acudido al dentista antes de que el diente se infectara, tras advertir los primeros síntomas, quizás el dentista hubiera podido curar, salvar la pieza. Pero en dicho caso la solución es extirpar la pieza que se ha infectado. El antibiótico es un paliativo provisional, como bien sabemos.

Un organismo sano tiene su sistema inmunitario eficiente capaz de hacer frente a cualquier problema. Cuando hay una patología, dicho requisito ya es de por sí precario, deficiente u ausente, porque la patología o trastorno del que la persona padece tiene que ser tratado con medicamentos, naturales o químicos. Esto es algo normal que a toda persona le pasa. El caso es que la gran mayoría de personas, que básicamente no confían en sí mismas, es decir en la inteligencia creativa y sanadora de nuestra naturaleza, no son conscientes de esto, y por esta razón eligen la solución más fácil, eligen “lo barato”, para entendernos…. ¡Pero lo barato muy a menudo sale caro!

Cada vez más personas están despertando de la triste realidad de nuestro mundo, que todos nosotros hemos creado y hemos permitido que llegase a ser, hasta hoy día, tal y como es. Todos sufrimos alguna forma de enfermedad o patología, a nivel físico, emocional y/o mental.

En dicho caso, el “camino alternativo” posible, está siempre vinculado a la decisión y al criterio del profesional que está tratando al paciente que quiera emprender un camino de curación integral. Claramente y venturosamente hay diferentes ramas de Medicina Holísticas, que ofrecen alternativas a la tradicional, adictiva y muy limitada medicina alopática, esa de “me duele un dedo, me tomo un anti-dolorifico…”, que lamentablemente es la que tiene más seguidores-consumidores.

La humanidad está muy perdida por lo general, pero quiero seguir apostando por el “despertar”, de lo contrario ni compartiría eso que está leyendo. La Naturaleza es sabia; nuestra Naturaleza es Divina, ilimitada, totalmente poderosa. Pero hay que creerlo. Y para creerlo hay que experimentarlo, o sea empezar a confiar.

Gracias a la Medicina podemos tener los diagnósticos, para tomar consciencia de nuestro estado de salud real. La Naturaleza tiene toda clase de remedios, y por eso hay muchos profesionales de Medicina Alternativa capaces de restablecer el estado de salud de sus pacientes, siempre que esos últimos confíen en dichos profesionales, a través de tratamientos naturales que apuntan a sanar las verdaderas causas, el desarreglo orgánico, emocional o mental  de cualquier patología.

Pues el Ayuno es el método Universal de Prevención y Auto Sanación al alcance de todos. No obstante es recomendable documentarse bien sobre el tema antes, a través de alguien experto, especializado en el ayuno, y para quienes decidan emprenderlo, cuidar especialmente una dieta previa adecuada, así como cuidar la interrupción del ayuno introduciendo en el organismo vegetales ecológicos crudos, primeramente solo líquidos, luego sólidos, antes de volver a introducir cereales integrales, y por último introducir alimentos fuente de proteínas.

En definitiva, gozar de un buen estado de salud depende en gran parte de la calidad de nuestra alimentación; una dieta alcalina equilibrada, o sea basada en alimentos de origen vegetal integrales de temporada, al ser posible de cultivo ecológico, bien combinados en cada comida, que incluya alimentos crudos cada día, es el primer paso para asegurarnos una vida saludable.